viernes, 18 de abril de 2025

Apuntes sobre Turismo Comunitario

 Apuntes sobre Turismo Comunitario



Por: Alejandro Martínez Castañeda


El Turismo Comunitario (TC) se define como una actividad turística gestionada por las propias comunidades, quienes diseñan, operan y controlan las experiencias ofrecidas a los visitantes. En México es una alternativa sostenible y equitativa que puede beneficiar tanto a las comunidades locales como a los visitantes, promoviendo el desarrollo económico, la preservación cultural y la conservación ambiental. 


A diferencia del turismo masivo, que a menudo beneficia a grandes corporaciones y genera desigualdades, el TC prioriza el bienestar de los habitantes locales. Este enfoque fomenta la conservación del medio ambiente, el respeto por las culturas locales y la distribución equitativa de los ingresos generados.


En México, donde el turismo representa cerca del 8.7% del PIB nacional (según datos del INEGI previos a 2025), el TC emerge como una herramienta para diversificar la oferta turística y mitigar los impactos negativos del overtourism en destinos saturados como Cancún o Los Cabos.


De acuerdo con diferentes expertos en la materia, este tipo de actividad turística, genera ingresos directos para las comunidades, reduciendo la dependencia de intermediarios; fomenta el empleo local en áreas como guías turísticos, artesanías, gastronomía y hospedaje y distribuye los beneficios del turismo de manera más justa, evitando la concentración en grandes cadenas hoteleras.


Además, fortalece la identidad de pueblos indígenas y comunidades rurales al valorizar sus tradiciones, lenguas, fiestas y conocimientos ancestrales; promueve el intercambio cultural auténtico, lejos del turismo masivo y comercial; y revitaliza prácticas artesanales, gastronómicas y rituales que estaban en riesgo de desaparecer.


De igual manera, incentiva la protección de ecosistemas, ya que muchas comunidades integran prácticas ecoamigables (ej. ecoturismo, agroecología); fomenta el turismo de bajo impacto en áreas naturales protegidas, como selvas, manglares o reservas bioculturales; y educa a visitantes sobre la importancia de la biodiversidad y el respeto por el entorno.


Las prácticas del TC propician que las comunidades tomen el control de su oferta turística, decidiendo cómo y bajo qué condiciones recibir visitantes; refuerza la organización colectiva y la autogestión, especialmente en mujeres y jóvenes. Proyectos como cooperativas turísticas (ej. en Oaxaca, Chiapas o Quintana Roo) demuestran que otro modelo es posible.


Existen algunos ejemplos que destacan en nuestro país, como en la Sierra Norte de Oaxaca: Pueblos Mancomunados y sus rutas de ecoturismo. Lacandones en Chiapas: Turismo cultural en la selva Lacandona. Península de Yucatán: Comunidades mayas que ofrecen tours de apicultura y cenotes. Michoacán: Proyectos de avistamiento de mariposas monarca gestionados por ejidos.


A pesar de su potencial, el TC enfrenta dificultades como la falta de infraestructura, competencia con el turismo masivo y la necesidad de mayor difusión. La falta de financiamiento, la capacitación limitada y la carencia de promoción en mercados globales dificultan la escalabilidad de muchos proyectos. Asimismo, el cambio climático y la degradación ambiental amenazan los recursos naturales que son la base de esta actividad, como ríos, bosques y biodiversidad. 


Para maximizar su impacto, es crucial fortalecer las capacidades de las comunidades mediante capacitación, acceso a financiamiento y alianzas con el sector privado y organizaciones no gubernamentales. La tecnología también juega un papel clave: plataformas digitales y redes sociales permiten a las comunidades promocionar sus proyectos y llegar a un público más amplio, como se ha visto en iniciativas como "México Desconocido" o portales de turismo sostenible. 


En definitiva, para que este modelo prospere, es necesario superar los desafíos estructurales mediante políticas públicas integrales, inversión en infraestructura y una mayor conciencia por parte de los turistas sobre la importancia de viajar de manera responsable. En un mundo que busca alternativas al consumismo desenfrenado, el TC mexicano se erige como un ejemplo de cómo el turismo puede ser una fuerza para el bien común.

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