JALISCO 26/03/25
Crónica | Reclutamiento
forzado del CJNG: las voces de los que escaparon
RED 113 MICHOACÁN/Redacción
Jalisco.- Miércoles 26 de marzo de 2025.- En las sombras del crimen organizado, el Cártel
Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha perfeccionado una red de engaños y violencia
para nutrir sus filas. Jóvenes con sueños de una vida mejor terminan atrapados
en un ciclo de amenazas, sometimiento y muerte. Así lo narran tres supuestos sobrevivientes
del reclutamiento forzado, quienes lograron escapar de los horrores de los
campos de entrenamiento del cártel. Sus testimonios revelan un patrón: falsas
promesas, coerción y un destino que, para muchos, es una sentencia de muerte.
Enganchados por la trampa
del "buen sueldo"
José Zuleta, uno de los
supuestos sobrevivientes, advierte sobre la táctica de reclutamiento del CJNG
en Colombia. "Nos prometen un mejor futuro, nos dicen que vamos a trabajar
como vigilantes en ranchos y que ganaremos hasta ocho millones de pesos",
relata. Las redes sociales son el principal canal de contacto: WhatsApp,
Facebook, Snapchat e Instagram se han convertido en trampas digitales donde los
reclutadores del cártel operan con total impunidad.
"Lo que les vengo a
decir hoy, compañeros, es que no se dejen engañar", insiste José.
"Cuando uno quiere salir, lo amenazan con matarlo o con matar a su
familia. A mí me dijeron que ya tenían 'fiscalizados' (ubicados) a mis seres
queridos".
Según su testimonio, uno
de los principales operadores de este sistema de reclutamiento es José María
Padilla, alias "Cobra Uno", quien supuestamente dirige la base de
entrenamiento en un rancho conocido como Las Pilas, en Jalisco.
Un viaje sin regreso a la
"Casa de Los Sicarios"
Manuel, otro supuesto
sobreviviente, describe el recorrido que siguió antes de caer en las garras del
cártel: "Salimos de Medellín a Bogotá y nos llevaron a una casa de
seguridad en Normandía. Desde ahí, organizan los vuelos a Cancún y luego nos
trasladan a Guadalajara". En Jalisco, la siguiente parada es la llamada
"Casa de los Sicarios", en Ciudad Guzmán, donde comienza la
pesadilla.
"Apenas llegas, te
entregan chaleco, munición y un primer pago de 6 mil pesos. Ya estás en las
filas del cártel", explica. Como a muchos otros, lo engañaron con la idea
de trabajar en limoneras y aguacateras, pero la realidad fue diferente. Su
destino final fue "Las Pilas", un centro de adiestramiento donde se
decide el futuro de los reclutados.
Una vez dentro, no hay
opción de escape. "Si no cumples, te matan. Siempre estás intimidado.
Apenas entras, ya eres parte de la organización, sin derecho a decir no",
dice Manuel, quien pasó tres años sometido a las órdenes del CJNG antes de
lograr escapar.
Infierno en "Las
Pilas"
El testimonio de Andrés
Gutiérrez es un relato de horror. "Me dijeron que cuidaría una base en una
aguacatera y que ganaría 6 mil pesos. Me ilusioné con un mejor futuro",
cuenta. Pero en su recorrido –Neiva, Bogotá, Cancún, Guadalajara, Tuxpan–, su
destino quedó sellado en cuanto pisó tierra mexicana.
"Cuando llegamos a
la casa, lo primero que hicieron fue darme un fusil. Ya era parte del cártel,
sin derecho a decir nada", afirma. "Las Pilas", el supuesto
rancho donde se realiza el adiestramiento, no sólo es un centro de
reclutamiento forzado: es también una zona de tortura, aseguran los
testimonios.
"El trato era
inhumano, la comida pésima. Pedir agua era un riesgo: vi a gente morir sólo por
eso", dice Andrés. Las amenazas eran constantes y los castigos inmediatos.
"Nos mandaban al frente con gente que no tenía idea de lo que estaba
haciendo. Muchos murieron así", recuerda.
Su escape fue un golpe de
suerte, pero su mensaje es claro: "A la juventud, les digo que no caigan
en las mentiras de este grupo ni del crimen organizado en general. Todo lo que
dicen es falso. La mayoría no sobrevive".
No hay camino fácil en el
crimen organizado, sólo la muerte
Los testimonios de estos
supuestos sobrevivientes exponen la estructura del reclutamiento forzado del
CJNG, así como los nombres de quienes estarían detrás de esta maquinaria de
terror. La supuesta base de entrenamiento en "Las Pilas" sigue
operando impunemente, revelaron los supuestos afectados, misma que está ubicada
cerca del rancho Izaguirre, otro punto que era zona de reclutamiento del
cártel, y ya asegurado por las autoridades.
Mientras tanto, el engaño
continúa, viajando por redes sociales y tocando las puertas de quienes buscan
una oportunidad. La advertencia es clara para quienes buscan el camino fácil:
en el mundo del crimen organizado, no hay salvación sólo amenazas, muerte y la
mínima posibilidad de escapar para contar la historia.