Urge una atención de gobierno que equilibre capacidad de respuesta y demanda social: Víctor Manríquez

 Urge una atención de gobierno que equilibre capacidad de respuesta y demanda social: Víctor Manríquez

-Hoy día México carece de una gobernanza en un marco de respeto y coordinación con todos los actores, que tenga como base la legalidad y el diálogo

En Michoacán urge que el Gobierno sea capaz de crear un equilibrio entre su capacidad de respuesta y la demanda social, recalcó el diputado Víctor Manríquez González, coordinador parlamentario del Partido de la Revolución Democrática en la LXXV Legislatura del Congreso del Estado.

El legislador puntualizó que hoy día México carece de una gobernanza en un marco de respeto y coordinación con todos los actores, que tenga como base la legalidad y el diálogo para generar condiciones para el desarrollo y el ejercicio de las libertades de todas y todos.

“La tranquilidad y la paz requieren de un proceso claro de construcción de instituciones confiables y honestas, el problema es que la federación y los gobiernos que comparten su proyecto político han evidenciado serias deficiencias e incapacidades al respecto”.

Agregó que la generación de soluciones expeditas y eficaces en materia de seguridad pública y procuración de justicia implican un modelo transparente y eficaz, situación que se ve imposibilitada cuando como hoy se carece de voluntad para hacerlo posible.

“La paz se construye desde y junto con la sociedad, ese es uno de los principios rectores que debería regir la acción del Estado Mexicano, el problema es que los gobiernos de la autodenominada Cuarta Transformación apuestan a la división, a las determinaciones unipersonales, a la dispersión de fuerzas y a la fragmentación de voluntades”.

Víctor Manríquez recalcó que en México y estados como Michoacán deberían estarse creando las condiciones de trabajo justo para prevenir la delincuencia y erradicar la violencia familiar, sin embargo no se observa interés alguno al respecto, sino una preocupación constante por aumentar el clientelismo electoral bajo la lógica de la dádiva, vía programas sociales.