Día de muertos y danza de
Los Soldaditos, tradiciones que aún se mantienen vivas
RED 113 MICHOACÁN/Lamberto HERNÁNDEZ MÉNDEZ
ZACÁN, Mich.- 03 de noviembre de 2015.- Cada una de
las comunidades de la Meseta Purhépecha tiene sus tradiciones milenarias que
siguen más vivas que nunca; aquí, en esta población la danza de Los Soldaditos,
sigue vigente en la noche de los fieles difuntos que visitan las casas donde
hay altares de los que han dejado este mundo terrenal durante el último año; el
día dos, el camposanto es un gran tapete de flores de colores donde se reparte
pan, fruta o bebidas. Los grupos musicales le cantan a los difuntos, pero
principalmente pirekuas.
Las flores de
cempazúchitl prevalecen en los altares de los que se han ido de este mundo;
donde se les coloca la comida, bebidas y cosas que les gustaba en vida, de
entre ellos resaltan dos importantes y reconocidos músicos, Eloy Valencia
Alfaro y Onésimo Campos Chávez.
La danza de Los
Soldaditos está formada de un grupo de once jóvenes, los que forman una cuadrilla,
además de un comandante y un capitán, quienes marchan y corren con un arote que
simula un arma larga; deberían ser los más rápidos, los más fuertes y los más
intrépidos. Reunidos en la plaza, el capitán les dice: ¡cuéntense!, ¡números!.
Trazan la ruta a seguir;
llegarán a casa donde hay altares; entran por la puerta y salen por el solar;
si en su camino encontraran tropiezos que les estorbe, los desbaratarán. Nada
les impide el camino de las ánimas.
Bailan, luego beben lo
que se les ofrece y comen nacatamales; van acompañados siempre de una
muchedumbre. Terminan hasta que han visitado la última casa con altar de los
que han fallecido en el último año.
El día dos de noviembre,
el panteón es un gran colorido, abarrotado de gente; visitan las tumbas de sus
seres queridos; se oficia misa y se reparte pan, frutas y bebidas. El Dueto
Zacán, el Trío Ilusión; el grupo Montana, la orquesta de Tío Eloy Valencia y
otros, les cantan a los fallecidos en torno a la tumba, canciones que les
gustaban, pero predominan las pirekuas. Es la tradición que sigue viva.