Rectoría 2015: duelo de
poder o duelo de proyectos
RED 113 MICHOACÁN/Redacción
Morelia, Mich.- 06 de Enero de 2015.- Pocos procesos de renovación de un órgano ajeno a la
administración pública llaman tanto la atención en nuestro Estado, como el
peculiar proceso de designación de Rector que cada cuatro años ocurre en
nuestra máxima casa de estudios.
Generalmente, este tipo
de procesos lleva a la comunidad nicolaita a la reflexión y a pensar en lo que
debe ser la universidad, y en consecuencia, surgen las propuestas, el debate de
ideas, los foros de discusión y de igual manera, saltan a la vista los
señalamientos, las manifestaciones de apoyo o rechazo hacia los diversos
proyectos que en su momento, algunos aspirantes hacen llegar a la comunidad
académica.
Curiosamente, el actual
proceso de designación de rector ha sido atípico, distinto a lo que usualmente
se acostumbra en la universidad, puesto que los actores de la política
universitaria han manejado de forma un tanto discreta la renovación, lo cual
resulta positivo si se toma el punto de vista de que no han existido actos que
provoquen inestabilidad de la vida académica, lo que hasta hace algunos años
ocurría. Sin embargo, la participación de la comunidad universitaria ha sido
escasa, lo cual no abona a la pluralidad ni al debate de ideas, cuestión que
resulta indispensable en un Estado democrático de derecho.
Y ello es una
consecuencia lógica, puesto que el Estado de Michoacán atraviesa por una de sus
crisis políticas y sociales más grandes en su historia reciente, y es ahí donde
la decisión que deba tomarse en torno al nuevo Rector de la Casa de Hidalgo
resulte de vital trascendencia, puesto que la Universidad del Estado ha sido la
que en momentos cruciales de la sociedad ha brindado a sus mejores hombres y
mujeres para encauzar el orden social de la comunidad.
De ahí que el papel que
desempeñará la tan controversial Comisión de Rectoría resulte fundamental,
puesto que tiene la oportunidad histórica de decidir al mejor perfil que pueda
sanear las finanzas de la universidad y catapultarla como una palanca de
desarrollo de la sociedad michoacana.
Los aspirantes
En este esquema de
hermetismo, los nombres de los aspirantes a ocupar la Rectoría han trascendido
entre los pasillos de la universidad y en escasos medios de comunicación,
algunos que se han anunciado, y otros han ido cediendo poco a poco hasta quedar
sólo una grupo reducido de quienes se afirma, cuentan con posibilidades reales
para ocupar el rectorado del centenario.
El primero de ellos, José
Gerardo Tinoco Ruiz, docente de toda la vida, cuya cercanía con el otrora
Rector Nicolaita y actual gobernador interino le valió para quedar de forma
provisional al frente de la casa de Hidalgo, luego de ocupar el cargo de
Secretario Académico. En su corta gestión ha padecido una serie de
circunstancias que de forma poco afortunada le han costado un distanciamiento
prematuro con los gremios sindicales, ocasionados ya sea por el atraso para el
pago de salarios, o por la poca liquidez para el cumplimiento de diversas
obligaciones, cuestiones que si bien no han sido culpa suya pero que han
permeado de forma negativa a los distintos sectores de la universidad, aunque
debe decirse que es un secreto a voces que Tinoco Ruiz, es el preferido del
actual gobierno, cuestión que aparentemente es un factor que le beneficia, sin
embargo, ello constituye un aspecto en su contra ya que pone en duda la tan
cuestionada autonomía universitaria, valor que hoy en día la comunidad
nicolaita reclama.
Otro aspirante cuyo
nombre se ha manejado, es el actual Consejero Universitario Raúl Cárdenas
Navarro, quien ha sido Secretario General de la Universidad Michoacana, y por
tanto, no es ajeno al tema universitario, lo anterior, no obstante de ser
egresado de la Universidad de Chapingo, cuestión que constituye su principal
debilidad ya que carece de la casta de origen, puesto que su alma mater no lo
es la casa de Hidalgo, sin embargo, se dice que cuenta con el respaldo y
simpatía de los Figueroa, apellido que vaya que pesa en las cúpulas
universitarias.
Un tercer nombre que
suena dentro de esta baraja de aspirantes lo es el ex Director de la Facultad
de Derecho y Ciencias Sociales Hill Arturo del Río Ramírez, académico que ha
sido el único que ha presentado una propuesta concreta en torno a un proyecto
de universidad, quien ha puesto sobre la mesa de distintos foros universitarios
su “Universidad del Siglo XXI”, donde apuesta por la modernización e
internacionalización de la Universidad Michoacana; sin embargo, ha trascendido
que no cuenta con el respaldo de las cúpulas de poder nicolaitas, cuestión que
resulta paradójico puesto que su aceptación y simpatía con los alumnos,
maestros y empleados ha quedado de manifiesto en las redes sociales así como en
los distintos nodos y campus universitarios.
Finalmente, uno de los
aspirantes que ha sonado como de los preferidos para ocupar la rectoría lo es,
el Doctor Medardo Serna González, Coordinador de Posgrado de la Universidad
Michoacana, quien por su trayectoria profesional se ha distinguido por ser un
connotado académico e investigador, pero que carece del palmarés político
necesario para poder sanear los escollos financieros y administrativos que a lo
largo de los años ha heredado la casa de Hidalgo.
Duelo de poder
Pese a que la Comisión de
Rectoría ha manifestado en distintos medios de comunicación que la decisión en
torno al nuevo rector será de forma consensada, tales declaraciones contrastan
con la realidad que priva en este proceso, en donde el hermetismo, la falta de
claridad en torno a los perfiles, nombres y criterios objetivos de designación,
permiten evidenciar que si algo existe en el seno de la tan controvertida
comisión lo es la falta de un consenso claro, cuestión que pone en duda la
legitimación de un proceso de renovación del órgano de gobierno de la universidad
del Estado, en donde todo apunta que la decisión definitiva será tomada no con
base en un proyecto de universidad, sino que la misma será tomada por la cúpula
de poder que sepa anteponerse frente a las demás.
Lo que debe apreciarse
con claridad es que la Comisión de Rectoría se encuentra en una etapa histórica
y trascendental para lograr el posicionamiento de una universidad que enfrente
de cara el siglo XXI, y que curiosamente dicho momento histórico coincide con
el primer centenario de su creación como universidad autónoma, en donde los
rubros relativos a la transparencia, rendición de cuentas, las reformas a los
esquemas de pensiones y la modernización integral de los planes de estudio
constituyen los temas de la agenda que no deberá dejar pendiente la persona
sobre la cual recaiga la responsabilidad de dirigir los destinos de la casa de
hidalgo.